Fuimos entrenados para perseguir titulares, no patrones.
Aprendimos a reaccionar, no a pensar.
Confundimos visibilidad con relevancia, y poder con volumen.
Esto no es un error de análisis.
Es un diseño.
El sistema global ha mutado.
Lo que antes llamábamos “orden internacional” es ahora un espectáculo por capas, calibrado no para la coherencia sino para el enganche emocional.
La crisis no es que desaparezca la verdad: es que ya no compite.
Gana la narrativa.
Gobierna el drama.
Y la audiencia es tanto cautiva como cómplice.
Las señales no son sutiles.
Un ataque con drones y pocos muertos genera cobertura global durante días.
Un tuit de un líder populista mueve más los mercados que cualquier informe técnico.
La guerra se transmite como contenido.
La diplomacia se coreografía como un reality show.
¿Y las elecciones?
Programas de entretenimiento con escenografía de urna.
No estamos viendo caos.
Estamos viendo producción.
Estados Unidos, antes hegemón de ideales, ahora monetiza el miedo y vende protección.
Ya no enseña democracia: licencia poder.
China, entre memoria confuciana y ambición algorítmica, no logra contar una historia que conmueva ni a sus propios jóvenes.
Europa, fatigada y nostálgica, confunde regulación con estrategia.
Rusia sabotea, Irán predica, Israel automatiza.
Y África—sorprendentemente—salta: suelta, audaz, sin pedir permiso.
En medio de ese show global, la mayoría de los países compite por figurar en el libreto.
Repiten frases, imitan gestos, ensayan influencia.
Pero algunos, muy pocos, no están obligados a actuar.
No se espera que lideren, ni que obedezcan.
Son libres.
Uruguay es uno de ellos.
Y desde esa libertad excéntrica, podemos ofrecer no otro poder—sino otra mirada.
Ese es el propósito de verytacit.org.
No competimos por autoridad.
Construimos sentido.
No somos la voz más fuerte—pero tal vez seamos la más necesaria.
Comenzamos con esto: análisis estratégico que no adula ni se alinea.
Un espejo ante el sistema—no para juzgar, sino para mostrar.
Lo que llamamos “El Poder Tácito” no es influencia oculta.
Es la claridad radical de quien no tiene que vender nada y puede dedicarse a comprenderlo todo.
Aquí vas a encontrar piezas que cortan el ruido:
Por qué Trump no es un retroceso, sino un salto en la lógica mediática del poder.
Por qué las guerras ya no buscan victoria, sino viralidad.
Por qué un país debe escribir su propio guion—o será apenas un extra en el espectáculo de otro.
Esto no es geopolítica como siempre.
Es interpretación.
Lectura.
Diseño.
Porque quien construye sentido en medio del ruido, no solo sobrevive: moldea el mundo que viene.
Bienvenidos a verytacit.org.
Una nueva voz desde el Sur.
No otro poder.
Un espejo.
Por Tacitus Australis | Montevideo | Agosto de 2025
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